El 60-70% de la composición corporal es agua, si no se compensa la pérdida de fluídos empezamos a deshidratarnos.
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Causas de la deshidratación
La deshidratación se produce cuando baja el contenido de agua en el cuerpo y no se recupera con una adecuada ingestión de líquidos. En ejercicio de resistencia en ambientes calurosos y húmedos se puede llegar a perder cerca de 2 kg de peso.
Efectos de la deshidratación
Los efectos de la deshidratación van en función del grado de pérdida de líquido. Hay que procurar beber antes de tener sed, pues esta sensación es tardía, cuando aparece ya se ha pérdido un 2% del peso corporal, y en esta situación el rendimiento ya está perjudicado.
Los 2 sistemas más afectados serían el cardiovascular y los mecanismos de termorregulación.
Respecto al sistema cardiovascular, la sangre pierde parte de su componente líquido para producir sudor, con lo que la sangre tiende a espesarse.
En esta situación la frecuencia cardiaca va a aumentar porque cuesta más esfuerzo desplazar la sangre a la musculatura. Nos podemos encontrar que por cada litro de agua perdido, el ritmo cardíaco sube 8 pulsaciones por minuto.
El otro inconveniente, es que disminuye la capacidad para desprenderse del calor, por lo que aumenta la temperatura corporal (0,3º C por cada litro de agua perdido), y se puede llegar al golpe de calor.
Deshidratación sintomas
La más mínima deshidratación va a influir en el organismo. Con solo un 2% disminuye la resistencia, y os recuerdo que es el momento en el que empezamos a percibir la sed. Entre el 3 y 5% se pierde fuerza, pudiendo descender 1/3 aproximadamente.
A partir del 5%, hay debilidad, irritabilidad y agotamiento. Se pierde coordinación, hay mareos y trastornos psicológicos; y si llegáramos a perdidas superiores al 6% se produciría el agotamiento severo, pudiendo llegar al coma y la muerte.
Es importante conocer las repercusiones de la deshidratación sobre el organismo y el rendimiento físico para saber controlarla, e incluso utilizarla.
Pero mucho más importante es aprender a conocernos para identificar las sensaciones que producen en nuestro cuerpo la pérdida de líquidos.
El uso de referencias externas, como por ejemplo la observación de la orina, también nos puede ayudar a controlarnos. Si encontramos que nuestra orina es escasa y más bien oscura, probablemente estemos escasos de líquido.
Como hemos dicho, es esencial que mantengamos nuestra hidratación constante, para sacar el máximo provecho a los ejercicios.
Esto nos va a suponer un esfuerzo, ya que la hidratación que vamos a conseguir por propia apetencia siempre va a ser insuficiente (si bebemos de acuerdo a nuestra apetencia, hidrataríamos 2/3 del agua que realmente necesitamos). Es lo que se conoce como deshidratación involuntaria.
La deshidratación en el deporte
Sin embargo, la deshidratación se puede provocar para conseguir objetivos deportivos o estéticos.
Si perdemos agua, es evidente que estamos perdiendo peso. Por eso, en ciertos deportes (luchadores, boxeadores, culturismo, fitness) se intenta utilizar la deshidratación para disminuir su peso intencionadamente y conseguir dar un peso inferior en la báscula.
Esto permite competir en una categoría inferior o llegar a un nivel de definición muscular excepcional. Es lo que se conoce como deshidratación voluntaria.
Se busca la reducción del peso por medio de la eliminación de líquido corporal, y para ello se utiliza el ejercicio en condiciones que inviten a la sudoración, los diuréticos (para orinar más), así como reducir la ingesta de líquidos y comida.
La pérdida de peso y la estilización de la figura es un hecho, pero está práctica puede debilitar al deportista. El luchador puede llegar al combate dando el peso pretendido, pero con menos fuerza y resistencia.
El abuso o la falta de control en está práctica puede producir desmayos y problemas de salud, pudiendo producirse la muerte como ya se comentó.
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