Los ejercicios físicos producen un mayor consumo energético en la medida que involucran a una mayor masa corporal.
Si conseguimos que en el mismo esfuerzo trabajen más músculos estamos obligando al corazón a realizar un mayor esfuerzo en la distribución de la sangre para abastecer de oxígeno a los músculos implicados.
Este es el motivo fundamental por el que se utilizan este tipo de ejercicios para los entrenamientos aeróbicos.
Pero si bien hay ejercicios que permiten adaptarse a una intensidad baja de trabajo para así poder repetirlos el tiempo suficiente de cara a conseguir beneficios aeróbicos, hay otros ejercicios cuyos requerimientos musculares impiden repetirlos más de diez o quince veces sin agotarnos.
Estos ejercicios son muy adecuados para introducirlos en un entrenamiento de la resistencia por medio de circuitos, alternando una secuencia de ocho o diez ejercicios, por ejemplo con unos intervalos cortos de recuperación.
Por otro lado, podemos aumentar el consumo energético de los ejercicios de fuerza simples, por ejemplo un remo con mancuernas para desarrollar la musculatura dorsal apoyados con una mano en un banco, si buscamos variantes que se enriquezcan combinándose con otro trabajo muscular.
Así con el ejemplo anterior del remo con mancuernas, el trabajo cardiovascular y el consumo energético va a ser mayor si realizamos el ejercicio sin apoyarse en el banco, es decir sosteniendo la posición del tronco inclinada hacia delante por medio de la musculatura extensora de la espalda.
Y el ejercicio se puede enriquecer en mayor medida si esta posición la adoptamos a la pata coja. El trabajo estabilizador de la columna y la cadera aumenta con cada una de estas variantes y con ello el gasto de energía.
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