Donde se produce la tendinitis en los tendones que son las estructuras fibrosas que prolongan el músculo para unirse al hueso, y así poder transmitirle la fuerza de su contracción. También pueden unir los músculos a otro tipo de estructuras, como la piel, el globo ocular, etc.
Los tendones por tanto, nos sirven para mover el hueso o la estructura a la que están unidos, mientras que los ligamentos, unen los huesos entre sí con el objetivo de mantenerlos unidos y estables.
Los tendones tienen cierta capacidad para contraerse, pero no son extensibles. Estas características se las proporcionan sus fibras de colágeno, las cuales tienen gran resistencia a la tracción, pero muy poca deformación.
Esto permite que la contracción muscular se transmita con mínimas pérdidas de energía. El colágeno es un material que también está presente en el cuerpo humano en las uñas y en el cabello.
Las fibras del tendón están orientadas en el sentido de la contracción del músculo. Los ligamentos, sin embargo tienen algunas fibras cruzadas, aunque la mayoría de sus fibras están ubicadas en el sentido del trabajo muscular.
En algunas zonas del cuerpo, los tendones pasan por túneles o vainas que actúan como un forro para facilitar un movimiento suave y deslizante, y así evitar un desgaste por rozamiento.
Los tendones y ligamentos también se entrenan con la contracción muscular, al igual que pasa con los músculos. Pero se desarrollan de una manera más lenta, pudiendo tardar varios meses. El entrenamiento aumenta la cantidad de fibras de colágeno. Con esto, los tendones se vuelven más gruesos y fuertes.
Por eso, en los programas de entrenamiento de fuerza, es necesario comenzar con un largo período de trabajo en el que trabajemos con muy poca carga y altas repeticiones.
Este tipo de trabajo, va a potenciar el desarrollo de tendones y ligamentos, sin estimular excesivamente el desarrollo muscular. De esta manera, conseguimos una articulaciones y tendones más fuertes para abordar un posterior programa de fuerza.
Si nos introducimos en un entrenamiento intenso de la fuerza sin preparar previamente las articulaciones, nuestros músculos crecerán muy deprisa, y estarán sostenidos por unas articulaciones muy débiles, pudiendo aparecer lesiones con cierta facilidad.
Los tendones también van a tener una recuperación muy lenta si se lesionan. Esta poca capacidad de crecimiento y regeneración se debe a la poca alimentación y riego sanguíneo que tienen, situación que también nos encontramos en cartílagos y cicatrices.
Por este motivo, también se debilitan rápidamente con la falta de actividad y con el envejecimiento.
De hecho, a partir de los 20 – 30 años, esta situación se potencia, y los tendones pierden capacidad de tracción, elasticidad y se exponen a la rotura con más facilidad.
¿En qué consiste la tendinitis?
La tendinitis, que es una de lesiones más habituales en la actividad física.
Los tendones son tejidos bastante vulnerables a las lesiones por su rigidez y su poco riego sanguíneo, lo que impide su alimentación y la eliminación de residuos.
La física ha demostrado que lo rígido es más frágil que lo flexible, y la mala alimentación de la zona dificulta la adaptación a las situaciones de esfuerzo.
Por eso, un exceso de tensión muscular, un abuso de trabajo de la zona, y una mala condición física con facilidad nos puede provocar una lesión en los tendones.
La lesión más importante es la inflamación o tendinitis. El dolor y la inflamación muy localizados en la zona del tendón nos permiten distinguirla de otro tipo de lesiones como esguinces o inflamación de la articulación. En cualquier caso, el diagnóstico debe hacerlo un experto.
Aparece por movimientos repetitivos, o por la fricción repetida de un tendón, como cuando roza el pie con un calzado nuevo, o cuando se abusa de un movimiento determinado. Aunque también puede surgir por un movimiento brusco y repentino, que puede lesionar el tendón.
Sin tratamiento, la tendinitis tiende a empeorar progresivamente. Al principio solo duele tras la actividad, después aparece al comienzo del ejercicio, disminuyendo el dolor con el calentamiento.
En un estado más avanzado, el dolor reaparece con la fatiga y cede en el reposo. El tendón inflamado tiende a debilitarse, y finalmente, si se fuerza puede haber rotura.
Las zapatillas de deporte pueden producir tendinitis en los tendones del empeine o del tendón de Aquiles a la altura del talón por rozamiento. Estos, y los tendones de la rodilla son las localizaciones más comunes en el caso de los corredores.
La articulación del hombro también suelen sufrir este tipo de molestias en personas que se dedican a actividades en las que se trabaja con los brazos levantados (pintores, p.e.).
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