Al analizar la técnica de carrera, hemos distinguido entre dos aspectos fundamentales: el apoyo, y el vuelo.
– El apoyo, determina el tiempo que permanece el pie en contacto con el suelo, y con ello en el tiempo que se pierde entre un paso y el siguiente, lo que influye directamente en la frecuencia de los pasos
– El vuelo, influye sobre todo en la amplitud de los pasos.
Se puede aumentar la velocidad de desplazamiento potenciando cualquiera de estos 2 aspectos, dando los pasos más largos o más rápidos, pero si exageramos más la importancia de un aspecto respecto al otro la carrera será más agotadora y menos efectiva.
El máximo rendimiento en la carrera, es decir, el desplazamiento más rápido con menos esfuerzo, va a depender de un buen equilibrio entre estos 2 factores. Hay que buscar la mayor amplitud de zancada que se pueda dar con una frecuencia óptima de pasos.
El perfecto equilibrio entre estos 2 factores es un elemento muy importante a trabajar en los entrenamientos.
Este equilibrio va a ser diferente según las exigencias de la especialidad, pues cada una se realiza mejor con una modulación distinta de la zancada.
Por otro lado, las características constitución del individuo, a parte de sus niveles de fuerza y flexibilidad van a condicionar también el tipo de zancada que va a serle a él más eficaz.
A lo largo del plan de entrenamiento según se van mejorando los niveles físicos, se va a justando progresivamente la técnica, así como la amplitud y la frecuencia de los pasos.
Los desplazamientos con gran amplitud de zancada, requieren un gran despliegue físico y son agotadores por lo que no son muy útiles en carreras de resistencia aeróbica de larga duración
Sin embargo son muy útiles para las carreras de velocidad prolongada, en las que el gasto energético no es un problema dada la corta duración de la prueba.
La razón fundamental es que permiten una alta velocidad de carrera, y es un desplazamiento más económico que el trabajo con alta frecuencia, porque permite pequeños momentos de relajación en la fase de vuelo.
Por eso en carreras de 200 y 400 metros, y en algunos casos en las de 800 metros, se utiliza este planteamiento para modular la amplitud de los pasos.
Las carreras de 400 metros vallas tienen muy presente el mantenimiento de un número de pasos constante entre vallas para no perder ritmo de carrera, y para que les toque pasar la valla con la pierna adecuada.
Por otro lado, en las pruebas de sprint de alta velocidad (60 – 100 metros), el ajuste de frecuencia y amplitud debe permitir simplemente la máxima velocidad.
En el entrenamiento el alargamiento de la zancada nos ayuda a mejorar la fuerza de las piernas orientada a la carrera asociada a algún tipo de resistencia.
Normalmente se entrena con distancias inferiores a 500 metros, siendo distinto el enfoque cuando se trabaja con distancias inferiores a 100 metros, que cuando utilizamos distancias medias (150 – 500 metros).
El entrenamiento en cuesta, es más rentable alargando la zancada, para ganar fuerza. Sin embargo, en las carreras de campo a través, puede ser un suicidio, alargar la zancada en las subidas, pues el gasto cardíaco se multiplica y la fatiga se dispara.
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