El apoyo tiene que favorecer la perfecta colocación de la espalda. En este sentido distinguimos 2 aspectos a considerar:
– Dureza: Para mantener una posición erguida. El apoyo tiene que ser firme para que la musculatura postural reaccione por oposición y se active para mantener la postura.
En este sentido va a influyir la tercera ley de Newton, el principio de acción y reacción, por el que a toda fuerza aplicada sobre algo se le devuelve una fuerza igual y de sentido contrario.
– Inclinación: hay 3 posibilidades: Recto, inclinado hacia delante o inclinado hacia atrás. Este parámetro va a marcar el ángulo que va a mantener el tronco con los muslos (grado de flexión de cadera), lo que influye en la posición que va a adoptar la pelvis respecto a la columna y con ello la posición normal de la zona lumbar.
El apoyo inclinado hacia delante nos lo encontramos en un tipo de sillas ergonómicas. La consecuencia de esta posición es un desplazamiento del centro de gravedad hacia delante.
Este peso se contiene en un apoyo que hay también para las rodillas, que son las que van a contener todo el peso del cuerpo.
El centro de gravedad del cuerpo va a estar situado en un punto adelantado del cuerpo, por lo que la espalda no va a asumir esta carga.
Por otro lado, al estar inclinado hacia delante, el ángulo que forma el muslo con el tronco es más abierto, y va a exigir menos esfuerzo a la musculatura para mantener la curva lumbar.
Estos dos argumentos convierten a este modelo en una buena alternativa para la silla tradicional.
La inclinación del apoyo hacia atrás fuerza más el ángulo de la cadera y al estar los muslos más cerca del estómago resulta más difÃcil mantener la curva lumbar y esta desaparece, quedando la espalda totalmente recta a ese nivel.
Este tipo de apoyos si van acompañados de respaldos inclinados hacia atrás consiguen descargar de peso el apoyo, como sucede en la mayorÃa de los sillones, aportando gran comodidad y descanso, pero que hacen que la espalda se mantenga mal alineada, sobretodo porque la superficie de apoyo suele ser blanda.
En los asientos de algunos medios de transporte colectivo nos encontramos el apoyo del asiento inclinado en este sentido y el respaldo abombado hacia atrás, lo que invita a sentarse con la espalda totalmente aplastada y encorvada hacia atrás. SerÃa interesante que se plantearan eso porque se contribuirÃa a una mejor salud postural.
Los apoyos planos son los más habituales en las sillas. Sentarse en una silla de manera correcta requiere una cierta atención y sobretodo una adecuada actitud postural.
Lo primero que hay que hacer es apoyarnos adecuadamente y para ello nos sentaremos en la parte más atrasada de la silla para poder apoyar los muslos en el asiento, con los pies bien apoyados en el suelo.
El peso del cuerpo recaerá en la parte más adelantada de nuestro trasero, notando la presión de dos huesos duros en el asiento, los isquiones.
Cuando hacemos esto notamos que la zona lumbar avanza hacia delante y la espalda está más vertical, con lo que nos notamos más altos. No hay que exagerar la curva lumbar, simplemente notar que la columna vertebral está colocada encima del apoyo.
Sin comentarios