El calzado es uno de los factores fundamentales en la prevención y cura de la periostitis, ya que mediatiza el contacto del pie con el suelo pueden ser una de las causas fundamentales que pueden provocar periostitis.
Tabla de Contenidos
Causas que pueden provocar la periostitis
A partir de este conocimiento podemos extraer una metodología para prevenir su aparición.
Respecto a la posibilidad de recibir algún tipo de golpe en las espinillas no podemos decir nada, pues es una situación puntual que dependerá de la suerte y la atención del individuo.
Pero respecto a la influencia de la toma de contacto del pie con el suelo al correr o caer de los saltos, si podemos tomar precauciones.
Respecto a la pisada
Nuestra manera de apoyar el pie en el suelo, determina la manera en la que la energía surgida de este contacto se transmita hacia arriba. Una mala pisada puede concentrar gran tensión en las tibias, provocando periostitis.
El uso de una plantilla correctora puede equilibrar el apoyo del pie y del talón. Un buen trabajo de técnica de carrera contribuye a mantener una buena pisada. Hay que corregir la tendencia a abrir los pies hacia fuera (pisada de pato).
Respecto al contacto con el suelo tenemos 2 factores:
La dureza del suelo
Siempre es aconsejable la carrera por terreno blando (especialmente hierba y tierra), reduciendo el trabajo de pista y asfalto al mínimo posible, pues es más agresivo. Pero también hay que evitar la acomodación a un tipo de terreno, pues si nos acostumbramos a correr siempre por un terreno muy blando, podemos llegar a tener molestias e incluso periostitis, si tenemos que empezar a trabajar en pista o asfalto. Si notamos rigidez en la pierna o exceso de tensión, lo mejor es pasar a la hierba.
La dureza de la zapatilla
Lo mejor para el entrenamiento en general es el uso de zapatillas de suela blanda, con una buena superficie y material de amortiguación. Para trabajos de pista y asfalto a altas velocidades, se hace necesario el uso de calzados más ligeros y con menos amortiguación, pero la proporción de trabajo de estas características es mucho menor, por lo que se equilibra.
Por otro lado, sería interesante tener varios pares y tipos de zapatillas, y alternarlas a lo largo de las sesiones. Con esto evitamos apoyar el pie siempre de la misma manera, y con ello adquirir vicios que a la larga pueden degenerar cartílagos y sobrecargar ciertas zonas (las tibias entre otras). La alternancia de zapatillas enriquece el apoyo y previene lesiones.
Exceso de carga
La carga global que nosotros generamos en los apoyos depende del peso que tenemos, y de la cantidad de apoyos que hacemos. Multiplicando estos 2 factores, podríamos calcular el número de kilogramos que nuestras apoyos absorben en una sesión.
Un par de kilos de sobrepeso, pueden suponer un incremento muy grande de la carga, pues el número de pasos es muy grande, y esto eleva mucho el resultado.
Si tenemos un peso excesivo, lo ideal sería buscar medios de entrenamiento en los que no hubiera que impactar en el suelo para coger la forma y reducir el peso hasta un nivel prudente para poder empezar a correr.
Las caídas de los saltos multiplican nuestro peso, y la carga de entrenamiento se eleva. Un exceso de saltos, por eso, puede producir periostitis.
Se puede reducir el impacto en las primeras fases del entrenamiento, saltando a puntos elevados, para reducir la repercusión de la caída; y hacer los saltos sobre superficies blandas (hierba, colchonetas, arena, etc).
Respecto a la carrera, es evidente, que un exceso de minutos o kilómetros de trabajo pueden subir la carga de los apoyos.
Relajación muscular
Estirar los músculos afectados, disminuye la presión sobre el periostio.
Los estiramientos deberían ser suaves y sin brusquedades, para evitar generar más tensión en la zona. Bastaría con encontrar posiciones en las que el músculo estire sin dolor, con moderada tensión y durante 10 – 30 segundos.
– Estiramiento sentado sobre los empeines
– Sentado, estirar las piernas con las puntas de los pies hacia dentro, presionando un pie sobre otro.
El masaje de la pierna tras los entrenamientos nos ayuda a relajar la musculatura y a facilitar el riego sanguíneo, lo que permite la rehabilitación de los tejidos dañados.
Hasta aquí, llegaríamos con la prevención de la periostitis. El próximo capítulo explicará la metodología para superar el problema una vez que se ha producido.
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