En términos generales, se asocia la palabra agilidad a la facilidad de un individuo para realizar una acción fÃsica o mental de una manera rápida, de manera que distinguimos agilidad mental, por ejemplo cuando alguien consigue realizar cálculos matemáticos con cierta diligencia, asà como agilidad fÃsica, cuando alguien consigue saltar un charco cuando pasea por la calle, o esquivar una bola de nieve que alguien le tire cuando ha nevado.
Por otro lado, en el entorno de la preparación fÃsica, la palabra agilidad se utiliza para distinguir una cualidad fÃsica del individuo que se manifiesta cada vez que el individuo:
– Modifica la posición de su cuerpo en los tres planos del espacio, como ocurre cuando nos agachamos, saltamos, nos giramos, esquivamos algo, etc.
– Se desplaza por sus propios medios de distintas formas (correr, reptar, andar a cuatro patas, etc).
– VarÃa las condiciones del desplazamiento que realiza su cuerpo, (acelerar, frenar, cambiar de dirección, etc).
A la vista de todas estas situaciones, la agilidad podrÃa considerarse como la capacidad de controlar el movimiento del cuerpo en el espacio, ya sea para desplazarlo o cambiarlo de posición, lo que se puede representar por los cambios de posición en el espacio del centro de gravedad del individuo.
El centro de gravedad es un punto imaginario donde se concentra equilibrada la masa del cuerpo, de ahà que cualquier fuerza orientada a desplazar el cuerpo tiene que estar dirigida hacia este punto.
A grandes rasgos el centro de gravedad se localiza a nivel de la pelvis, debajo del ombligo cuando estamos de pie, aunque su posición varÃa constantemente cada vez que variamos la posición del cuerpo, añadimos pesos, etc.
La experiencia motriz
En los anterior parrafos mencionábamos el desplazamiento del centro de gravedad como uno de los elementos que puede caracterizar los movimientos de agilidad.
Por otro lado, identificamos la agilidad en aquellos movimientos que consiguen dar respuesta a una situación imprevista planteada por el entorno, las cuales no están preparadas de antemano y que se resuelven a través de movimientos espontáneos, como puede ser la esquiva de una bola de nieve, saltar un charco, etc.
Considerando esta cuestión podrÃamos mejorar nuestra definición de agilidad, expresándola como: la capacidad del individuo para adaptarse a situaciones imprevistas del entorno a través del movimiento de su cuerpo.
La capacidad de improvisar movimientos requiere en primer lugar un buen nivel de coordinación en nuestro cuerpo para poder organizar las respuestas motrices de una manera efectiva.
Pero además, nos va ayudar bastante el repertorio personal de experiencias motrices (los distintos movimientos practicados a lo largo de la vida), los cuales se quedan en el recuerdo en forma de esquemas de movimiento a los cuales el individuo puede recurrir cuando necesita articular un movimiento espontáneo, combinándolos y adaptándolos.
En este sentido, a una persona le va a resultar más fácil no dañarse al caerse, por ejemplo, si ha practicado previamente algún tipo de deporte en el que se practiquen las caÃdas (judo, por ejemplo), que si no está familiarizado con ese tipo de movimientos.
Por ello, el enriquecimiento motriz del individuo, con la práctica de gran diversidad de actividades fÃsicas y deportes va ayudarle a mejorar su nivel general de agilidad.
3 Comentarios
3 Replies to “La agilidad: Cambios de posición en el espacio”
es la capacidad agilizada
Lo importante es dejar algunos ejercicios para practicar la agilidad fisica…
quiero un cuarto de infeomacion AHORA !!!!! AHORA !!!!!