Cuando giramos la cintura bruscamente en un movimiento, como por ejemplo al jugar al tenis cuando damos un raquetazo, o al jugar al golf cuando golpeamos la pelota, estamos provocando una brusca rotación de las vértebras lumbares.
Las vértebras están separadas entre sà por unos discos almohadillados que reducen la fricción, pero que corren el riesgo de pellizcarse si se salen de su posición por un brusco movimiento de dichas vértebras.
Una manera de evitar este tipo de problemas es creando una faja alrededor que proteja dicha zona.
En este sentido si activamos la musculatura de la zona abdominal antes de realizar un movimiento estamos creando esta medida de seguridad, a parte de facilitar un punto de apoyo para estos movimientos tan explosivos.
Para sufrir estas consecuencias no es preciso que el movimiento tenga que ser muy violento. Un giro de tronco cuando estamos sentados en la silla de la oficina para coger algo que esté en una posición lateral también nos puede dañar la espalda, ya que en estas situaciones la espalda está mal alineada y los músculos igual están muy relajados, por lo que los discos no están protegidos.
En este tipo de giros cotidianos siempre serÃa de gran utilidad como medida de precaución acostumbrarnos a activar la musculatura abdominal antes de realizarlos.
Acordarnos de hacerlo serÃa señal de estar manteniendo una atención constante respecto a las necesidades del cuerpo y a su cuidado, ya que la falta de sensibilidad respecto al estado del cuerpo suele ser la causa de muchas lesiones y tensiones.
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