El término “surf” que en inglés se traduce como oleaje, o espuma (a fin de cuentas dos fenómenos que aparecen en la superficie del agua), sirve también para denominar aquella actividad deportiva en la que un individuo se deja llevar de pié encima de una tabla que es arrastrada a gran velocidad sobre una ola marina cuando está rompiendo.
El origen del surf podría situarse en el islas del Pacífico Sur y de Micronesia, en el seno de la cultura polinesia en la que los nativos podrían deslizarse sobre las olas subidos en canoas y barcas pesqueras, aunque el descubrimiento de cerámicas grabadas en el Norte de Perú, en las que se reflejaba la figura de un hombre deslizándose sobre una ola subido en una tabla de madera hace dudar sobre el lugar y el momento en el que pudo surgir esta actividad.
La emigración de nativos polinesios pudo hacer llegar esta actividad a las islas de Hawai, donde la expedición del capitán británico James Cook pudo descubrirla para el mundo occidental cuando recaló en estas islas hacia el año 1778.
El surf en Hawai estaba muy integrado dentro de la cultura y el estilo de vida nativo, y su práctica era casi obligada para la nobleza de la zona, que lo utilizaba para ganarse el respeto de la población surfeando de pie sobre tablas de gran tamaño, aunque esta practica también estaba difundida entre el resto de la población que lo practicaba tumbado o de rodillas en tablas más pequeñas.
El capitán James Cook pereció durante su estancia en Hawai a causa de una reyerta local, pero las referencias a esta costumbre hawaiana quedaron reflejadas en el diario de abordo del teniente James King que tomó las riendas de la expedición.
La llegada y progresiva implantación de la cultura europea a las islas hawaianas provocó un progresivo abandono de las costumbres locales, lo que afectó también al hábito de deslizarse sobre las olas, debido especialmente a la dura censura que ejercieron los misioneros cristianos calvinistas, a los que no les gustaba el hedonismo que envolvía la práctica con poca ropa de las actividades físicas que se realizaban en estas tierras.
El desembarco en Hawai de la cultura occidental llevó al surf casi a su desaparición por las duras restricciones morales a las que fueron sometidos los nativos de las islas. Pero todo cambió con la anexión de las islas de Hawai a los Estados Unidos, gracias a una nueva política dirigida a revitalizar el turismo de la zona, en la que se ofreció una imagen paradisíaca del surf.
En este sentido se fomentó la creación de clubs de surf en las playas de la mano del promotor Alexander Hume Ford, que también promocionó la actividad por el mundo por medio de conferencias.
Por otro lado, el campeón olímpico hawaiano de natación Duke Kahanamoku, que a la vez era un excelente surfero se dedicó a predicar las excelencias del surf por el mundo entre 1910 y 1920, mostrando no sólo la actividad sino la manera en que fabricaba las tablas.
Y por fin el surf llegó a las playas Californianas entre los años 30 y 40, donde surgieron las primeras publicaciones y se realizaron los primeros campeonatos. La llegada del segundo conflicto mundial supuso una pequeña pausa tras la que el sufr prosiguió su desarrollo, envuelto siempre en una subcultura que homenajeaba las raíces polinesias de la actividad.
Respecto a lo técnico la evolución del surf siguió con la búsqueda de nuevos materiales y con el desarrollo del surf de olas grandes en las playas de Hawai, en las que se surfeaba con tablas grandes, que continuó con el uso de tablas más cortas y manejables en olas más pequeñas, para luego volver al surf de olas grandes, y a la búsqueda en algunos casos de ayudas externas, como lanchas motoras o motos acuáticas que ayudaran a los grandes expertos a tomar olas impensables.
Por otro lado, el surf experimentó una intensa promoción a principios de los años 60 con una serie de películas de hollywood, que si bien no hacía honor a la realidad, ofrecía una imagen que atrajo a multitud de nuevos practicantes.
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