¿El músculo sólo se estira con acciones pasivas? Flexibilidad activa y pasiva

El músculo se estira si buscamos la máxima amplitud posible del movimiento contrario al que le hace contraerse, pero vamos a conseguir un trabajo diferente en función de cómo provoquemos el movimiento.

En los tradicionales estiramientos, adoptamos una postura forzada para una articulación, por ejemplo si nos tumbamos boca arriba con una pierna elevada y estirada, y desde ahí forzamos la elevación de esta pierna hacia la cara con la ayuda de un compañero que empuja la pierna o con la ayuda de los brazos.

De esta manera como el impulso del movimiento es externo a la articulación que queremos estirar, tenemos la posibilidad de relajar estos al máximo, consiguiendo la máxima elongación posible del músculo siempre que consigamos relajar este músculo y el antagonista (el que se opone a su movimiento). Este tipo de estiramientos en los que el movimiento se provoca desde fuera se denominan pasivos.

Otra manera diferente de trabajar es si buscamos la máxima amplitud de un movimiento por la acción de los músculos que lo provocan. En el ejemplo anterior, elevaríamos la pierna con ayuda de los flexores de la cadera que son los encargados de esa función.

En este caso los músculos que se estiran igual no están relajados totalmente, porque al haber tensión muscular en la zona es muy difícil diferenciar las acciones y no tensar también los músculos estirados aunque estén oponiéndose al movimiento.

En estos casos siempre vamos a estirar el músculo mucho menos que cuando el estiramiento se hace de una manera totalmente pasiva, pero esta manera de trabajar es más útil para mejorar la coordinación de los movimientos lo que mejora el rendimiento de los movimientos deportivos que necesitan gran amplitud.

Cuando el movimiento se produce desde la misma articulación que queremos estirar estamos hablando de flexibilidad activa.