Para sentarnos derechos en una silla hay que poder apoyarse en la parte anterior del trasero y para que el apoyo se pueda realizar de esta manera necesitamos cierta flexibilidad en la musculatura de la cadera, pues la pelvis tiene que rotar hacia delante.
Esta movilidad depende directamente de la elasticidad de la musculatura de la parte posterior del muslo, los comúnmente llamados isquiotibiales.
Estos son unos músculos largos que articulan con la cadera extendiéndola hacia atrás y con la rodilla flexionándola también hacia atrás. Por su ubicación colaboran en la basculación de la pelvis, rotándola hacia atrás cuando se contraen lo que endereza la zona lumbar, y permitiendo que la pelvis rote hacia delante cuando se relajan y alargan, manteniendo la curva lumbar.
Al estar sentados la musculatura isquiotibial permanece acortada en su recorrido y esto se puede hacer crónico, porque un músculo que se mantiene encogido o no se trabaja en toda su extensión se adapta a la nueva situación y tiende a encogerse, limitando su capacidad de trabajo. Por eso es necesario un buen plan de estiramientos, para mantener los niveles de flexibilidad normales.
Este acortamiento dificulta la movilidad de la pelvis, y por ello la capacidad de mantener la espalda bien alineada. La espalda va a salir perjudicada por no poder adoptar una postura correcta, y el acortamiento de la parte posterior del muslo va a crear tensión y dolor a medio plazo en la zona más débil, la zona lumbar.
Para comprobar como andamos de flexibilidad en la zona isquiotibial y como nos afecta a la posibilidad de estar sentados derechos solo tenemos que probar a sentarnos en el suelo con las piernas estiradas e intentar colocar la espalda derecha.
Cuando nuestra flexibilidad es mala somos incapaces de apoyarnos en la parte anterior del trasero y de colocar la espalda recta. Nos quedamos encorvados y tensos ¡Hay que estirar más!.
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0 Replies to “El acortamiento de isquiotibiales estando sentados”
muy bueno el comentario…