Como hemos visto en anteriores artículos relacionados con este tema, el movimiento humano está producido por la activación conjunta de varios músculos, siendo la acción corporal resultante la consecuencia del reparto del esfuerzo y las funciones entre ese grupo de músculos.
En este sentido, los distintos músculos que participan en un movimiento determinado pueden ser clasificados en relación a la función que asume cada uno de ellos respecto a dicha acción.
Tabla de Contenidos
Músculos agonistas y antagonistas
Así podemos distinguir los siguientes tipos de músculos:
Músculo agonista: Son aquellos músculos que proporcionan el impulso muscular para provocar dicha acción, es decir los encargados de generar la fuerza útil para intentar producir el movimiento.
Los músculos agonistas pueden realizar su trabajo de manera dinámica cuando superan la resistencia a la que se oponen, a través del acortamiento de sus fibras musculares; pero también desarrollan dicha función cuando se contraen de manera isométrica, por medio de una contracción estática, que resulta de la oposición a una resistencia imposible de vencer (empujar una pared), o de un equilibrio de fuerzas entre los músculos que se activan en dicha acción para conseguir una activación muscular sin movimiento.
Músculos Antagonistas: Un músculo asume la función de antagonista respecto a un movimiento concreto, cuando su actividad respecto al mismo se limita a oponerse a la acción de los músculos agonistas, es decir, en contra del movimiento.
Normalmente, el músculo antagonista suele estar situado en el lado opuesto de la articulación respecto al músculo antagonista, y su función va a consistir en controlar, dosificar y frenar con su actividad el impulso provocado por la acción del agonista.
El trabajo antagonista
Sin la existencia del músculo antagonista, el movimiento provocado por la activación del músculo agonista sería totalmente incontrolada, y tendría como freno el límite articular, provocando lesiones y descoordinación.
Así las características del movimiento resultante van a depender fundamentalmente de cómo se comporte el músculo antagonista, de ahí la importancia de estos músculos para la elaboración coordinada de los distintos movimientos.
Por ejemplo, un movimiento controlado como el descenso de un peso, depende de la contracción excéntrica de los músculos antagonistas que contienen el descenso manteniendo una velocidad moderada en el movimiento.
Sin embargo, la ejecución de los movimientos explosivos, precisa de la relajación en las fases iniciales del movimiento de los antagonistas, para permitir que el impulso producido por la acción agonista alcance la máxima velocidad posible sin ninguna limitación externa.
En estos casos la función del antagonista es esencial en las fases finales del movimiento para frenar el impulso y evitar lesiones.
Por otro lado, el entrenamiento de la elasticidad incide en el trabajo excéntrico, otorgando a los músculos antagonistas de los distintos movimientos el protagonismo de la actividad, ya que el objetivo de los estiramientos es el del alargamiento de los músculos, los cuales se resisten al cambio reaccionando con su activación.
El control en los movimientos
La eficiencia en la ejecución de movimientos, es decir la máxima eficacia con el mínimo esfuerzo, se va adquiriendo en la medida que los músculos antagonistas van ajustando de una manera más precisa su participación en dichos movimientos.
Este particular puede resultar interesante al plantear una estrategia dirigida a acelerar el proceso de aprendizaje de movimientos nuevos, especialmente de aquellos que se basan en una elevada velocidad de ejecución, ya que la eficiencia en este tipo de acciones depende directamente del trabajo de descontracción y frenado de los músculos antagonistas.
El deportista normalmente focaliza su atención en la actividad de los músculos agonistas cuando trata de aprender un movimiento. Si alternamos esta práctica con otros ejercicios en los que la atención se concentra en la ejecución de los antagonistas, el deportista va a enriquecer el esquema motor que va construyendo del nuevo movimiento con un mayor repertorio de sensaciones y parámetros los cuales le permiten percibir el mismo movimiento desde otro punto de vista.
El reparto de la tensión entre los distintos músculos implicados ayuda así a desarrollar una ejecución del movimiento más precisa, relajada, y con unas mayores prestaciones en fuerza y velocidad.
Así por ejemplo, en el método Pilates que puede ser considerado como un método de trabajo corporal caracterizado especialmente por el control en la ejecución de los movimientos (de hecho su creador Joseph Pilates lo denominó inicialmente “Contrología”), el foco de atención en la ejecución de los movimientos se centra entre otros aspectos en el alargamiento controlado de los músculos antagonistas de dicha acción para conseguir un movimiento más relajado y controlado.
La sinergia
Otra denominación que pueden adquirir los distintos músculos que intervienen en un movimiento concreto sería la de sinergistas. El término “sinergia” puede asociarse a la idea de colaboración, por lo que los músculos sinergistas serían aquellos que ayudan o colaboran en la ejecución de una acción, ya sea participando junto a los agonistas o a los antagonistas.
La idea de sinergia puede en este sentido resultar un poco amplia e imprecisa, ya que la sinergia puede producirse simplemente para conseguir que un músculo no participe de manera innecesaria en un movimiento, ya sea porque incorpore una acción articular no deseada, o porque dificulte la fluidez del movimiento.
En este sentido, Wright distingue dos tipos diferentes de sinergia:
Sinergia concurrente: Es la que se establece entre dos músculos diferentes que intervienen en el movimiento de la misma articulación actuando como antagonistas entre sí. Este es el tipo de relación normal que se establece entre los músculos agonistas y antagonistas de un movimiento concreto, tal y como veníamos comentando hasta ahora.
Sinergia verdadera: Aparece asociada a la actividad de aquellos músculos que atraviesan dos articulaciones (músculos biarticulares). En principio, este tipo de músculos al contraerse van a generar movimiento en cada una de estas articulaciones a no ser que la actividad de otros músculos anulen o estabilicen una de ellas a través de su contracción isométrica.
Por ejemplo, la contracción de los músculos isquiocrurales provocaría una flexión en la articulación de la rodilla y una extensión de la cadera. Si nosotros queremos realizar una extensión de cadera sin flexionar la rodilla tenemos que conseguir que esa articulación se mantenga bloqueada en extensión a través de la contracción isométrica de los extensores de la rodilla (cuádriceps femoral).
Por otro lado, si el mismo músculo tiene la capacidad de generar varias acciones en la misma articulación con su contracción, todas tenderán a manifestarse cada vez que contraigamos dicho músculo, a no ser que otros músculos sinergistas consigan neutralizar aquellas acciones asociadas que tratamos de evitar.
Sirva como ejemplo el bloqueo que hay que realizar respecto a la supinación del antebrazo si este movimiento no queremos que aparezca cada vez que flexionamos el codo a través de la flexión del bíceps braquial.
Estas acciones de bloqueo, en las que se anulan las acciones colaterales o secundarias de los músculos que han de moverse pueden ser denominadas también como neutralizaciones según Rasch Burke.
En definitiva, la utilidad de toda esta terminología está en que nos va a permitir un mejor análisis de la actividad muscular en los distintos movimientos y ejercicios que utilicemos en nuestro entrenamiento.
Con este análisis muscular podemos determinar de una manera más precisa la repercusión de dichas actividades sobre nuestro aparato locomotor, técnica de movimientos, desarrollo muscular, etc, al conocer como influye en cada uno de los músculos participantes.
Este conocimiento también nos permite comprobar si la actividad elegida es la más idónea para desarrollar los objetivos que nos hemos planteado de antemano al buscar ejercicios (fortalecer los pectorales, golpear un balón de fútbol de una patada, etc).
Así la función de cada músculo puede cambiar en cada fase del movimiento, por lo que este análisis se tiene que realizar en cada una de las fases que se puedan diferenciar en un movimiento o ejercicio determinado, pero de esto ya hablaremos en otro momento.
8 Comentarios
8 Replies to “Colaboración y coordinación entre los distitos músculos que participan en el movimiento”
por lo menos me sirvio ·_· 🙂
por lo menos sirvio ·_·
🙂 🙂 🙂 🙂
no me survio de nada pag mas hecha mierda….
Que maleducado, seguí buscando si no te sirvió esto, pelotudo.
a mi me re sirvio , es para un Trabajo practico de gimnacia , MUY bien 😀
jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaajja
hola
los musculos Antagonistas seran aquellos que realizen la accion opuesta ala accion que realize el musculo agonista NO que » se opone al movimiento» ya que si se opondria al movimiento que hace el agonista no podria darse el movimiento… por decir… si el biceps (agonista) se contrae el triceps(antagonista) se opondria a esa accion? entonces impediria al biceps contraerse.. asi? porque asi dice ahi… 😐